Un buen procesado es un producto elaborado a partir de diferentes ingredientes saludables (comida real) que suelen combinarse a través de diferentes procesos y que se presentan envasados y etiquetados al consumidor final. Un buen procesado puede elaborarse en casa o a nivel industrial. A diferencia de un ultraprocesado (formulación basada en ingredientes de baja calidad), un buen procesado sería una formulación a partir de ingredientes de elevada calidad y alto valor añadido sobre la salud, nutrición, etc. Las formulaciones basadas en la combinación de ingredientes de elevada calidad son claves para mejorar la diversidad y la adherencia a patrones más saludables, sostenibles e igualmente seguros, accesibles, etc.
Entre este tipo de procesamiento se incluyen: ahumar, amasar, batir, cocinar, curar, conservar, deshidratar, desnatar, encurtir, esterilizar, exprimir, fermentar, germinar, liofilizar, macerar, mezclar, moler, prensar, triturar, trocear, etc. Básicamente, se incluiría cualquier proceso que implique romper la matriz original (cortar, triturar…); la mezcla y/o adición de diferentes ingredientes o cualquier aplicación térmica.
Cualquier materia prima obtenida por los siguientes métodos de procesamiento y con un elevado porcentaje de comida real sería un buen procesado.