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    Preguntas frecuentes

    Aquí contestamos las preguntas más importantes sobre el Realfooding

    La comida real hace referencia a todos aquellos alimentos mínimamente procesados (alimentos frescos); o cuyo procesamiento industrial no haya empeorado la calidad de la composición inicial del alimento o haya interferido negativamente en sus propiedades saludables presentes de forma natural (alimentos refrigerados, congelados, envasados al vacío, etc.)

    Dentro de la comida real se incluyen: verduras, hortalizas, frutas, setas comestibles, frutos secos, legumbres, pescado, marisco, tubérculos, granos integrales, semillas, huevos, carnes, leche, hierbas, especias, semillas, café e infusiones.

    Un buen procesado es un producto elaborado a partir de diferentes ingredientes saludables (comida real) que suelen combinarse a través de diferentes procesos y que se presentan envasados y etiquetados al consumidor final.

    Entre este tipo de procesamiento se incluyen: ahumar, amasar, batir, cocinar, curar, conservar, deshidratar, desnatar, encurtir, esterilizar, exprimir, fermentar, germinar, liofilizar, macerar, mezclar, moler, prensar, triturar, trocear, etc. Básicamente, se incluiría cualquier proceso que implique romper la matriz original (cortar, triturar…); la mezcla y/o adición de diferentes ingredientes o cualquier aplicación térmica.

    Cualquier materia prima obtenida por los siguientes métodos de procesamiento y con un elevado porcentaje de comida real sería un buen procesado.

    Los ultraprocesados son formulaciones industriales elaboradas con varios ingredientes altamente procesados entre los que se incluyen grandes cantidades de azúcares añadidos (>5-10g) o edulcorantes, harinas refinadas, aceites refinados, aditivos y sal. 

    • ¿Qué es un azúcar añadido? Todos los monosacáridos y disacáridos disponibles añadidos (tales como la fructosa, lactosa, etc.), azúcar envasado o de mesa (terrones o sobres de azúcar), azúcares de jarabes, azúcares de zumos de concentrados de frutas, etc. No incluyen los azúcares que están presentes de forma natural en leche y alimentos vegetales (frutas, verduras…)
    • ¿Qué es un edulcorante? Los edulcorantes son una clase de aditivos que se utilizan habitualmente como sustituto o complemento a los azúcares añadidos. Habitualmente presentan un nivel de dulzor superior al propio azúcar. Actualmente, hay aprobados 19 edulcorantes para su uso: sorbitoles, manitol, acesulfamo-K, aspartamo, ciclamato, isomaltosa, sacarina, sucralosa, taumatina, neohesperidina DC, glucósidos de esteviol, neotamo, sal de aspartamo y acesulfamo, jarabe de poliglicol, maltitoles, lactitol, xilitol, eritritol y advantamo.
    • ¿Qué es una harina refinada? Las harinas refinadas son todas aquellas harinas a las que se les retira alguno de sus componentes (germen, salvado) volviéndolas menos nutritivas, saciantes y saludables. En los ultraprocesados es típica la harina de trigo y múltiples derivados del almidón.
    • ¿Qué es un aceite refinado? Dentro de los aceites refinados se incluyen los aceites de semillas (girasol, palma, colza, maní, cártamo, algodón, maíz…) que, paradójicamente, deben refinarse a través de métodos físicos y químicos para ser aptos para el consumo humano.
    • ¿Qué es un aditivo? Los aditivos son ingredientes con una función puramente tecnológica (incrementar durabilidad, mejorar aspecto, etc.) que, a menudo son demonizados (quimiofobia). Sin embargo, no son los verdaderos culpables de los daños que provocan los ultraprocesados. De hecho, su uso es clave para garantizar la seguridad alimentaria y son clave, entre otras cosas, para reducir el desperdicio de comida. Por tanto, podemos encontrarlos también en buenos procesados.

    Entre los ultraprocesados se encuentran muy habitualmente: refrescos, zumos envasados comerciales, bebidas energéticas, lácteos azucarados tanto infantiles como adultos, bollería, pan refinado, carnes y pescados procesados, pizzas industriales, galletas, snacks tipo barritas o salados, precocinados, comida rápida, dulces, chucherías, helados, salsas comerciales, etc.

    Es muy típico también encontrar ultraprocesados disfrazados de «saludables». Por ejemplo, es típico encontrar productos fitness «ultraprocesados», productos dietéticos «ultraprocesados», etc. Los ultraprocesados están muy infiltrados en el sistema alimentario.

    Un patrón saludable sería aquel en el que están presentes una gran cantidad de alimentos mínimamente procesados, especialmente de origen vegetal tal y como verduras, hortalizas, frutas, legumbres, frutos secos y semillas.

    Estos alimentos podrían ser complementados según preferencias y necesidades individuales con otros alimentos (carnes, pescados, huevos, lácteos) y buenos procesados derivados de alimentos vegetales y animales.

    La clave para seguir un patrón saludable estaría en minimizar al máximo la exposición a ultraprocesados.

    Existirían infinitas formas de cocinar, mezclar y consumir los diferentes alimentos que se ajustarían a los hábitos, habilidades culinarias, gustos, preferencias, etc. de cada persona.

    El «10%» es una forma de referirse al consumo ocasional de una forma más concreta.

    El 10% refleja un porcentaje por el cual el consumo de ultraprocesados no supone un problema para la salud (90-10).

    Su consumo a menudo se vincula a salidas o eventos sociales.

    En España, el consumo de alcohol es es el cuarto factor de riesgo de pérdida de salud, siendo una importante contribuyente a la carga de morbilidad (pérdida de calidad de vida) y mortalidad (muertes prematuras).

    En cuanto a la relación del alcohol con algunas enfermedades crónicas, se ha visto una relación entre su consumo y algunos de los tumores más frecuentes: mama, cabeza, digestivo (boca, esófago, colon…)

    No se ha podido establecer un nivel seguro de consumo. Por tanto, la recomendación es la siguiente: cuánto menos, mejor. Una persona abstemia o bebedora esporádica siempre tendrá un menor riesgo que una bebedora frecuente.

    Lo mejor es consumir los alimentos tal cual se presentan, con sus aromas naturalmente presentes. En otras palabras, sin necesidad de tener que endulzarlos.

    Ahora bien, en nuestras recetas habitualmente utilizamos la fruta y sus derivados como la opción prioritaria a la hora de endulzar. La pasta de dátil es el ejemplo más habitual en muchas recetas de repostería y en muchos de nuestros productos.