Artículo donde hacemos una recopilación del resumen del manifiesto DKV para reducir el azúcar añadido en nuestra población.
Contexto y situación: consumo actual de azúcar en España
La ingesta media de azúcar es de aproximadamente 71,5g/día, (17% de la energía total) siendo considerado excesivo y problemático por la Organización Mundial de la Salud (OMS) un consumo superior a 25g no debiendo sobrepasar el 10% de la ingesta energética total. Incluso sugiere un beneficio para la salud una reducción de estos azúcares por debajo de un 5% de ingesta energética total.
El problema es el “azúcar oculto” presentes en refrescos, barritas energéticas, pastelería, etc (ultraprocesados); ya que no somos conscientes de la cantidad de azúcar que ingerimos en estos, siendo las bebidas azucaradas el “rey” de estos ultraprocesados.
Un problema añadido es el factor socioeconómico ya que seleccionamos aquellos productos/ alimentos, más baratos, cómodos de preparar y muy palatables siendo los ultraprocesados quien gana la batalla en estos términos.
Como resultado, debido a esa preferencia en la elección de productos/ alimentos, acabamos dejando de lado el consumo de comida real (alimentos mínimamente procesados) y lo sustituimos por ultraprocesados.
¿Qué es lo realmente problemático del azúcar?
Ser consciente del consumo de azúcares libres y añadidos es un factor determinante para hacer buenas elecciones en lo que comemos. Para ello lo primero es “olvidarnos” de los nutrientes para empezar a hablar de alimentos.
La cocina de hecho, puede alejarnos de la exposición al azúcar aumentando nuestra conciencia de lo que comemos.
Por supuesto no todos los azúcares son iguales ni impactan de la misma forma en nuestra salud. La ciencia avala los efectos negativos del azúcar pero si está patrocinada por el propio lobby del azúcar, la cosa cambia.
Por ello este lobby intenta luchar contra las recomendaciones de la OMS de reducir el consumo de azúcar, y lo hace mediante estudios patrocinados por ellos mismos en los que “no existían pruebas suficientes que respaldaran la posición de la OMS respecto a los azúcares”; utilizando otras estrategias añadidas como la de culpar a las grasas saturadas de la enfermedad coronaria.
Por ello la auténtica libertad del consumidor no radica de dejar libremente que consuma o no azúcares sino en establecer impuestos sobre estos para proteger un problema de salud pública evitando así la normalización de ciertos patrones, conductas y procesos a nivel institucional que nos llevan a establecer menús que incluyen ultraprocesados en hospitales, tener guías alimentarias realizadas por la propia industria del azúcar para rentabilizar su negocio, etc.
El verdadero problema no es sólo el azúcar sino todo lo que se mueve alrededor del mismo.
¿Reducir el consumo de azúcar es la solución a todos problemas de salud pública?
Aunque pueda parecer una medida importante para combatir el azúcar y los efectos negativos en la salud esa reducción del 10% de azúcar, sal y grasas saturadas en cerca de 4000 productos de cara a 2020, la repercusión que tendrá esa reducción de apenas unos gramos es nula para combatir la obesidad ya que la accesibilidad de estos ultraprocesados y su venta seguirá prácticamente igual.
Esto sigue alejándonos de la solución más eficaz que no es otra que basar nuestra alimentación en comida real.
Tipos de azúcar
Intrínseco
Son los contenidos en los alimentos frescos y sin procesar que no contengan etiquetado ni ningún ingrediente añadido. Hablamos de la fructosa de la fruta o la lactosa de los lácteos.
El azúcar intrínseco no es perjudicial porque va acompañado de todos los componentes del alimento sin procesar pudiendo ser fibra, componentes antioxidantes y antiinflamatorios, vitaminas, minerales, etc.
Añadidos
Son azúcares agregados a los alimentos durante el procesamiento o preparación (ultraprocesados). Pueden tener muchas nomenclaturas: azúcar, jarabe de maíz, dextrosa, fructosa, glucosa, sacarosa, etc.
El consumo de azúcar añadido se asocia con un mayor aumento de peso y obesidad entre otras patologías, desplazando el consumo de comida real y siendo los niños el grupo más vulnerable.
Libre
Son los agregados por el fabricante, el cocinero o el consumidor, así como los azúcares que están presentes de forma natural en las frutas y verduras cuando se procesan en zumos y purés.
También se incluye aquí el azúcar de la miel. Estos pueden ser alimentos interesantes en un contexto de alta actividad física por su densidad energética y su consumo no se asocia con problemas si se consume dentro de un patrón basado en comida real.
Etiquetado de alimentos
La parte más importante de este son los ingredientes. Estos están ordenados de mayor a menor cantidad. Si lleva más de cinco ingredientes y entre estos están los azúcares añadidos, los aceites vegetales y harinas refinadas, aditivos y sal, se trata de un producto ultraprocesado..
Si por el contrario contiene entre dos y cinco ingredientes y la cantidad que pueda llevar de azúcares añadidos, aceites o harinas refinadas es menor o igual al 10% (lo podemos ver en la tabla nutricional) se tratará de un buen procesado.
Decálogo para reducir el consumo de azúcar
- Dar importancia a la educación en alimentación saludable en educación primaria y secundaria.
- Promover un etiquetado más sencillo y claro indicando en el frontal si el producto lleva altas cantidades de azúcar y el riesgo que conlleva el consumo habitual del mismo.
- Limitar la publicidad de ultraprocesados a menores de edad.
- Favorecer el acceso a alimentos reales y restringir la venta de ultraprocesados en lugares públicos como hospitales, colegios, etc.
- Establecer impuestos a nivel estatal a las bebidas azucaradas para reducir su consumo e invertir el dinero recaudado en medidas de promoción de la alimentación saludable.
- Promover la alimentación de alimentos reales mínimamente procesados para evitar el consumo de azucares añadidos.
- Conciencias sobre las elecciones de los alimentos y en la importancia de la lectura de las etiquetas sin eliminar la opción de utilizar el azúcar para preparaciones culinarias de consumo ocasional.
- Incentivar la cocina.
- Limitar la compra de productos ultraprocesados.
- Monitorizar y medir a través de la aplicación “Quiero cuidarme” de DKV, el Índice de Vida Saludable (IVS)” personal, incluyendo los demás factores ponderados.
Descárgate el Manifiesto DKV.